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NIÑOS QUE ROBAN

ninos-robanDificultades de conducta Mª Ángeles Armenteros Cruz, maestra de Educación Infantil, especialista en Audición y Lenguaje

El padre y la madre de Manuel se entrevistan con la profesora porque están muy preocupados con su hijo. Es un niño de tres años bastante movidito y que suele llevarse a casa objetos del colegio o de otros niños. Sus padres no quieren que a su hijo se le asocie con el robo, están siendo muy estrictos respecto a este asunto con el niño y solicitan asesoramiento

El concepto de pertenencia surge desde temprana edad, cuando el pequeño dice “ Esto es mío”. Es normal que un niño pequeño tome algo que le atraiga. Esto no se puede considerar un robo hasta que el niño sea suficientemente mayor, generalmente de tres a cinco años, y pueda entender el concepto mencionado. Los padres tienen que educar de forma activa a sus niños acerca del derecho a la propiedad y la consideración hacia los demás. Inicialmente esta conciencia es externa y es el adulto quien tiene la responsabilidad sobre el pequeño y, poco a poco, irá adquiriéndola él solo. Los conceptos de pertenencia, de respeto y responsabilidad van relacionados y es conveniente trabajarlos a través de historias o cuentos, integrando las normas y leyes de convivencia social. El desarrollo de la conciencia es un proceso realizado por imitación de conductas y la claridad de las normas establecidas integrarán en los pequeños esta conciencia.

ACTITUDES DE LOS PADRES

* Los padres deben estar pendientes de sus hijos y hablarles constantemente de lo que deben y no deben hacer.
* Si realizan un robo hay que preguntarles las causas y explicarles las razones para que no lo repitan. Evitaremos amenazas descomunales, llamarles ladrones o decirles que avisaremos a la policía. Las regañinas deben producirse en privado y nunca delante de hermanos u otras personas.
* Siempre que hay un robo, se ha de remediar la situación, tanto devolviendo lo sustraído como pidiendo disculpas.

Las transgresiones de las leyes y costumbres sociales pueden no ser percibidas por los menores como faltas o delitos. Un niño que roba está expresando unas necesidades que no han sido cubiertas. En este sentido, la conciencia de transgresión es resultado de un proceso de maduración que exige tiempo, experiencia del propio niño y dedicación de los padres. En el terreno judicial, no hay acuerdo general sobre la edad mínima penal. Por eso, en los países democráticos, frente a las respuestas de tipo penal, se potencian los sistemas de protección social y las medidas educativas. “Hemos cambiado a Rousseau por el Leviatán de Hobbes”, señala Bernat Castany, de la Universidad Ramón Llull de Barcelona. “Pero lo que hay que hacer es educar a estos jóvenes en responsabilidad”.

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